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30 de marzo de 2024

A 28 años del sangriento motín de Sierra Chica

El sanguinario suceso terminó con ocho muertos, decenas de imágenes horrorosas y varias leyendas.

El sábado 30 de marzo de 1996 –en medio de la Semana Santa– un grupo de presos de la Unidad 2 de Sierra Chica, en Olavarría, intentó escaparse del penal escalando el muro. Tenían dos escaleras rudimentarias, facas y una pistola 11,25 Ballester Rigaud que tiempo antes les había dejado, como legado, el famoso asaltante Hugo “La Garza” Sosa Aguirre antes de ser trasladado a la cárcel de Batan.

La fuga fue abortada a los tiros por los guardiacárceles del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB). Pero lejos de concluir como un escape frustrado el episodio dio pie al motín más largo y sangriento de la historia criminal argentina. Duró ocho días –entre el 30 de marzo y el 7 de abril– y tuvo como rehenes a una jueza, su secretario, 13 penitenciarios y tres miembros de la congregación de Testigos de Jehová que habían ido a la cárcel de visita.

De los ocho presos asesinados por los amotinados siete terminaron descuartizados y quemados en el horno de pan del penal. El octavo murió en el hospital. Con el que más se ensañaron fue con Agapito “Gapo” Lencina, un correntino de 40 años con fama de buchón y “arruina guachos” (violador de presos jóvenes).

A “Gapo” le pegaron dos tiros por la espalda mientras intentaba escapar del pabellón 8. Ya en el patio, lo apuñalaron decenas de veces y aun hoy Ariel “El Gitano” Acuña –ex preso, ahora exitoso youtuber– sostiene que con sus nalgas se hicieron empanadas que luego les dieron de comer a algunos guardias.

 

Drogados con pastillas que sacaron del área de Sanidad y borrachos de “pajarito” –una bebida tumbera que se hace fermentando cáscaras de frutas– Los Doce Apóstoles, como los bautizó la prensa con picardía, decidieron pasar a un plan B: comenzaron a cavar un túnel desde el taller de carpintería del penal… y, de paso, masacraron a sus enemigos.

Decidieron entregarse con la condición de ser trasladados a la cárcel de Caseros, dependiente del Servicio Penitenciario Federal (SPF), de donde intentarían fugarse semanas después.

Por los crímenes ocurridos durante el motín se realizó un juicio inédito (el primero por teleconferencia en Latinoamérica) en el penal de máxima seguridad de Melchor Romero, cercano a La Plata. La sentencia, dictada el 10 de abril de 2000, incluyó seis condenas a prisión perpetua, ocho condenas a 15 años de prisión y cinco absoluciones. El resto recibió condenas variadas que fueron desde los 14 años hasta los 6 meses de prisión.

Todo ese histórico juicio fue filmado y grabado en casetes VHS que hoy atesora la Cámara Penal de Azul. Ésta le acaba de pedir a la Suprema Corte Bonaerense que los digitalice. Allí también están los 50 cuerpos de expediente original.

A Los Doce Apóstoles les esperaría un viaje a la cárcel de Caseros, la unidad del barrio porteño que ya no existe. También destinos disímiles: algunos murieron –enfermos o asesinados–, otros siguen presos, otros salieron en libertad por el 2×1 y volvieron a caer… los menos reconstruyeron sus vidas. Todos, sin embargo, quedaron en la historia como los protagonistas del motín del horror.

Fuente: Clarín

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